IGUALDAD DE GÉNERO

La igualdad de género debe incluirse en el tema general de los derechos humanos, tanto de las mujeres como de los hombres. La igualdad de género se refiere a mejorar la calidad de vida de todos y de garantizar que tanto unas como otros tengan las mismas oportunidades.

El género es una construcción simbólica de la diferencia sexual, la cual afecta tanto a hombres como a mujeres, ya que al tomar como parámetro las características fisiológicas de cada uno, las diversas culturas les asignan roles específicos.

En nuestra cultura, las mujeres han estado marginadas de su acceso en igualdad de oportunidades a la educación, la salud y el trabajo, por lo que muy pocas ocupan cargos públicos, usualmente reservados para los hombres.

No obstante, el alcance de los discursos, las prácticas y reproducciones culturales en torno a lo que las sociedades han designado que corresponde a cada sexo, merma la calidad de vida de las sociedades en su conjunto.

En Quintana Roo, al igual que en el resto del país, las mujeres se encuentran en desventaja con respecto a los hombres en diferentes ámbitos de la vida, sobre todo en el laboral y en el político, ya que los salarios que perciben al realizar las mismas tareas que sus pares suelen ser menores; a ello se atribuye el porcentaje tan bajo de mujeres que ocupan puestos de poder. Por otra parte, miles de mujeres han experimentado episodios de violencia, tanto en la familia como en el trabajo y en la comunidad.

La igualdad es un principio constitucional, el cual proclama que tanto mujeres como hombres son iguales ante la ley y, por consecuencia, tienen los mismos derechos.

Sin embargo, para que este mandato constitucional sea una realidad se requiere impulsar acciones afirmativas que eliminen las desventajas que las mujeres tienen frente a los hombres, las cuales se acentúan y refuerzan en las entrañas del tejido social, normalizándose como parte de la cotidianidad.

El Programa de las Naciones Unidas Para el Desarrollo se ha interesado en medir la desigualdad de género en 177 países, a fin de establecer parámetros de referencia que incentiven acciones concretas a favor de la igualdad. Así pues, mediante el Índice de Desigualdad de Género (IDG), determina la situación que en cada nación prevalece en esta materia y para ello considera entre uno de sus indicadores la salud reproductiva, el empoderamiento y la participación en el mercado laboral de las mujeres.

En este índice, Quintana Roo ocupó la posición nacional número 11, al obtener una puntuación de 0.383 en una escala de 0 a 1, donde cero representa igualdad de condiciones entre mujeres y hombres y uno una gran desigualdad.

Analizando separadamente las condiciones, es posible observar que en materia de salud reproductiva la entidad se encuentra en condiciones inferiores a las del resto del país; esto se explica en gran parte por la ausencia de políticas públicas en este rubro en los últimos años, lo que a su vez tiene consecuencias en las acciones orientadas al cuidado y atención de la salud en general, así como en la atención de enfermedades propias de la mujer.

En lo que atañe al empoderamiento de la mujer los resultados de Quintana Roo son superiores a los del promedio nacional y la misma tendencia positiva se observa con respecto a su participación en el mercado laboral. Estas variables están estrechamente relacionadas, ya que en la entidad el sector turístico demanda una gran cantidad de fuerza de trabajo que emplea un número significativo de mujeres en las distintas actividades económicas. Sin embargo, no ha podido erradicarse la desigualdad salarial entre mujeres y hombres, ya que éstas perciben sueldos inferiores por la realización de las mismas actividades.

Para revertir dicha situación es necesario que las mujeres quintanarroenses tengan un trabajo que repercuta en su empoderamiento, al otorgarles autonomía económica e independencia en varios aspectos, pues ello influye en gran medida en erradicación o disminución de la incidencia de episodios violentos en los hogares.

Si bien, la entidad no se sitúa dentro de los estados con mayor desigualdad, es preciso no perder de vista la importancia de implementar acciones orientadas a eliminar los factores que contribuyen a la desigualdad.

LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER SE INSCRIBE EN EL AMPLIO CONTEXTO DE LA DISCRIMINACIÓN Y OTRAS FORMAS DE SUBORDINACIÓN POR MOTIVOS DE GÉNERO. ESTA VIOLENCIA EXPRESA LAS RELACIONES DE PODER HISTÓRICAMENTE DESIGUALES ENTRE LAS MUJERES Y LOS HOMBRES QUE SE REFLEJA EN LA VIDA PÚBLICA Y PRIVADA (NACIONES UNIDAS 2006). 

La violencia ejercida contra la mujer se refiere a todo acto, acción o conducta de maltrato basado en su género. De acuerdo a la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2011, la violencia puede ser ejercida en el ámbito privado o público, y en diferentes tipos: emocional, física, económica, sexual o psicológica.

Quintana Roo ocupa el lugar número 15 con el mayor número de mujeres violentadas. Por cada 100 mujeres, 44 afirmaron haber vivido eventos violentos por parte de su pareja a lo largo de su vida. Las mujeres de 30 a 44 años son las que mayor incidencia de violencia padecen. 

Durante el año 2010, los datos de Quintana Roo arrojan que de las 298 mil 669 mujeres casadas o unidas de 15 y más años de edad que han sido víctimas de violencia por parte de sus parejas, 89.2% ha sufrido violencia emocional; 48.9%, violencia económica; 24.6%, física; y 10.4%, sexual; aparte, varias de ellas han experimentado más de un tipo de violencia.

 

4.23

 

Uno dato alarmante es que del total de mujeres que han sido víctimas de violencia por parte de su pareja en la entidad, sólo 4.5% de ellas han recibido atención médica
o psicológica.

Del total de mujeres casadas o unidas,14.9% de ellas han padecido violencia extrema por parte de su pareja, a quienes las han pateado, amarrado, tratado de ahorcar o asfixiar, agredido con un cuchillo o navaja o disparado con un arma, pero únicamente 11.7% de las mujeres quintanarroenses que han sufrido violencia como algunas de las referidas han pedido ayuda.

Las principales razones por las cuales no solicitaron ayuda o no denunciaron las agresiones por parte de su pareja fueron las siguientes: 71.2%, porque se trató de algo sin importancia, o porque él no va cambiar (71.2%); 10.5%, porque él prometió que iba a cambiar o porque piensan que se pareja tiene derecho a reprenderla; y 10.1%, por vergüenza o para que su familia no se enterara.

 

porcentaje de mujeres que no denucian

La falta de resultados positivos que ilustran las gráficas anteriores obedece en gran medida al desinterés de las administraciones pasadas por tratar de disminuir la violencia hacia las mujeres. El discurso sobre la igualdad de género exige pasar de las palabras a la acción, a fin de que hombres y mujeres tengan los mismos derechos. En tal sentido, es inaplazable construir un gobierno más humano y comprometido con la igualdad entre todos los habitantes del estado; por tal razón, es de la mayor importancia emprender acciones que eliminen la conducta internalizada de sumisión y pasividad de las mujeres ante la violencia; de igual forma, hay que promover la denuncia y el empoderamiento efectivo de las mujeres. Por otra parte, para suprimir la violencia de género hay que orientar las acciones hacia quienes la ejercen, no solamente a quienes la padecen. En síntesis, se requiere impulsar un cambio cultural y garantizar el goce y disfrute de los derechos de las mujeres.

En Quintana Roo, 31 de cada 100 mujeres han sido violentadas en espacios comunitarios tales como cines, transporte público y lugares de trabajo; en total, 153 mil 10 mujeres sufrieron algún tipo de violencia en este contexto. La intimidación es el tipo de violencia con mayor incidencia, seguida del abuso sexual y las agresiones físicas. Estas cifras colocan a la entidad en la posición nacional número 10 con el mayor porcentaje de mujeres violentadas en el ámbito comunitario.

En la entidad, 24.3% de las mujeres ocupadas fueron violentadas en sus centros de trabajo. El estado ocupa la posición número nueve entre los lugares de México con el mayor porcentaje de mujeres ocupadas violentadas en el ámbito laboral.

De acuerdo a los principales indicadores de participación política y toma de decisiones elaborados por el gobierno del estado, durante las últimas catorce Legislaturas y sumando la Constituyente de 1974, la participación de las mujeres ha representado aproximadamente el 18% del total.

Asimismo, de 1975 a 2011, han sido ocho las mujeres a cargo de alguna Presidencia Municipal en la entidad, lo que representa 7% del total de quienes se han desempeñado en ese cargo, en contraste con los 101 hombres que han sido sus homólogos en dicha responsabilidad de carácter público. El municipio de Othón P. Blanco es en el que un mayor número de mujeres han sido elegidas para ese mandato.

Por lo tanto, queda claro que el compromiso con las mujeres quintanarroenses debe estar encaminado a promover la igualdad entre mujeres y hombres, mediante la conformación de políticas y estrategias que incorporen en su diseño la perspectiva de género, para promover así la participación en igualdad de oportunidades en los diferentes ámbitos, y que a través de las acciones de gobierno se fomente un cambio cultural en la forma de entenderse y valorarse mutuamente entre mujeres y hombres.