DESARROLLO, INNOVACIÓN Y DIVERSIFICACIÓN ECONÓMICA

Los sectores económicos son la división de la actividad económica de un estado o territorio, que se caracteriza por el tipo de proceso productivo que tenga el lugar; éstas se dividen en primarias (materias primas), secundarias (manufacturas) y terciarias (servicios), y son la base de las economías subnacional y nacional, porque entre mejor funcionen, mayor crecimiento y desarrollo propician, ya que coadyuvan a la creación de fuentes formales de empleo. Su principal cometido consiste en aumentar la calidad de vida, proporcionar seguridad social y evitar el desempleo.

Un PIB per cápita bajo frena el desarrollo de la región, tal situación se suscita cuando la mayor parte de los ingresos reside en el sector primario; cuando los ingresos son medios, el PIB proviene principalmente del sector secundario, y cuando se considera de alto desarrollo y con elevados ingresos, el sector terciario domina las salidas totales de la economía. Sin embargo, cuando la región sólo depende de un sector, la economía es volátil, ya que puede existir un competidor potencial que provoque una salida de los ingresos, con la consabida disminución del crecimiento y desarrollo de entidad; por lo tanto, es necesario potencializar todos los sectores y diversificar sus actividades de tal manera que haya un equilibrio entre ellos.

La economía mexicana mantuvo una tasa anual de crecimiento del 2.5% entre 2015 y 2016; sin embargo, el Banco Mundial (BM) pronostica una desaceleración aproximada al 2% al cierre del segundo semestre de 2016, como consecuencia de la disminución de las inversiones y la caída de las exportaciones de petróleo, por lo que el consumo privado adquiere un papel fundamental para lograr un crecimiento económico equilibrado. No obstante, el errático comportamiento de los mercados internacionales y su lenta recuperación han provocado una incertidumbre que se refleja en la depreciación de las monedas nacionales respecto al dólar, tal es el caso del peso mexicano, por lo que el Banco de México se vio obligado a implementar un tipo de cambio flexible, lo que ha permitido amortiguar el impacto externo de los mercados. Por lo anterior, los precios domésticos no han sufrido variaciones significativas, ya que la inflación no se movió en gran escala; a pesar de ello, una de las principales preocupaciones de las autoridades es que la moneda se siga depreciando, puesto que una medida para contener la volatilidad de los mercados fue la elevación de la tasa de la política monetaria en 50 puntos, al pasar de 4.25% a 4.75% (ver gráfica 1.12).

Gráfica 1.12 Tipo de Cambio

En los últimos nueve años México no ha podido responder a la situación que enfrenta la economía mundial; tan sólo del 2007 a la fecha la deuda pública aumentó un 23.1% en relación al PIB, elevándose al 52.1% al cierre de 2016, como lo indica el Banco Santander. Un punto nodal que afecta a gran escala a las actividades económicas del país es la constante dependencia de los ingresos petroleros que, como se sabe, en este momento afronta la difícil situación de generar menores ingresos como resultado del nulo crecimiento en los últimos meses. Con la finalidad de contrarrestar su efecto negativo en las finanzas del país, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) ha optado por recortar el gasto público en 2016; para tal efecto, se tiene previsto un plan de austeridad que contempla una disminución en las aportaciones federales a los estados a través del presupuesto de egresos de 2017. Lo anterior tiene como objetivo primordial contener el endeudamiento y que el país sea económicamente solvente para cumplir con las obligaciones fiscales de los créditos existentes (ver tabla 1.2).

Tabla 1.2 Indicadores de Crecimiento

Lo anterior muestra que la recuperación de la economía mexicana depende de varios factores externos, tales como el desempeño de los mercados petroleros, el comportamiento de la política monetaria de Estados Unidos y la desaceleración del comercio internacional, entre otros, que en suma pueden provocar una aversión mayor al riesgo de la volatilidad financiera. En este sentido, las cifras muestran que la expectativa de crecimiento económico del país adquiere mayor fuerza en un mediano plazo, dado que las coyunturas económicas actuales no muestran la estabilidad deseada para propiciar el fortalecimiento del mercado nacional.

La economía del estado de Quintana Roo se basa en la inversión extranjera y privada nacional enfocada al sector turístico; esta situación ha incrementado exponencialmente la atracción de habitantes de otros estados para incorporarse al sector laboral como resultado de la demanda de mano de obra calificada y con especial énfasis en el sector terciario; este fenómeno ha desencadenado la necesidad de ampliar y construir infraestructura social y de servicios públicos, situación que ha orillado a las administraciones estatales a recortar el gasto público que impulsa el crecimiento de los principales sectores productivos en las tres regiones, lo que en un mediano plazo ha inducido a su desarticulación ante la dificultad de crear valor agregado.

El PIB es un indicador confiable para evaluar de manera anual el comportamiento de las actividades económicas de las entidades federativas; a este respecto, cifras de INEGI en el año 2015 situaron a Quintana Roo en el lugar 21 en la contribución al PIB nacional, con el 1.66%. El estado ha mostrado una tendencia de crecimiento constante durante los últimos nueve años, con un ritmo promedio del 4%. Sin lugar a dudas, esto se ha logrado gracias al desarrollo y consolidación del sector terciario, pues éste es el que aporta el mayor peso a la economía de la entidad; no obstante, la situación financiera mundial actual no exceptúa a la entidad de un posible estancamiento en su crecimiento en el mediano plazo, como consecuencia de la incertidumbre y la volatilidad que afecta a los mercados (ver gráfica 1.13).

Gráfica 1.13 PIB por Entidad Federativa 2015

El valor total de las actividades económicas en 2015 fue de 283 mil 498 millones de pesos, donde el sector terciario aportó el 87.48% concentrados principalmente en los subsectores de turismo y servicios, mientras que el sector secundario contribuyó con el 11.80% a través de las industrias de la construcción, la manufacturera y la alimentaria. Finalmente, el sector primario sólo aportó el 0.72%; este resultado deriva del retroceso de las actividades del campo de un m -15.9% en comparación con el cierre del cuarto trimestre de 2013 (ver tabla 1.3).

Tabla 1.3 Quintana Roo 2015, desglose de la participación porcentual en valores constantesTabla 1.3 Quintana Roo 2015, desglose de la participación porcentual en valores constantes (B)

 

Actualmente, el 88% de la población de Quintana Roo vive en localidades urbanas y el 12% en zonas rurales con poblaciones menores a 2 mil 500 habitantes; el estado se encuentra dividido en 11 municipios, de los cuales Benito Juárez concentra el 49.5% de la población total, seguido de Othón P. Blanco y Solidaridad, que concentran el 14.92% y 13.96% respectivamente, mientras que en el resto de los municipios habita el 21.5% de la población.

El sector primario se compone de todas aquellas actividades que están basadas en el aprovechamiento de los bienes y recursos procedentes de la agricultura, ganadería, pesca, explotación forestal y minería. Su principal función radica en el suministro de materias primas a las industrias, las cuales posteriormente pueden ser procesadas y detonar encadenamientos productivos entre las actividades primarias y secundarias.

La principal función del sector primario radica en la generación de productos alimenticios para la población. Es importante mencionar que a mayor cantidad de personas que se emplean en el sector mayor será la capacidad de producción, lo que en el mediano plazo contribuye a satisfacer la demanda de alimentos a nivel local, evitando de esta manera la dependencia de importación de estos productos; si una entidad puede consolidar su producción y logra satisfacer la demanda de su población, los excedentes pueden ser comercializados o exportados, si ese es el caso, se logran generar ingresos a través de divisas, agregando así valor extra a la producción.

La agricultura en Quintana Roo es una actividad económica poco significativa en relación a su aportación al PIB estatal; además, en los últimos años su comportamiento se ha registrado a la baja. En el año 2006 su aportación fue del 0.9%, mientras que para 2015 se redujo al 0.72%. Esta cifra resulta alarmante debido a la crisis alimentaria que poco a poco se vuelve una realidad, pese a que gran parte de los productos de consumo son importados, no toda la población tiene acceso a ellos, por lo que el abandono del campo en el mediano plazo podría poner en riesgo la seguridad alimentaria, principalmente en las zonas de mayor pobreza y vulnerabilidad (ver gráfica 1. 14).

Gráfica 1.14 Aportación al PIB Estatal (Actividades Primarias)

De acuerdo al Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal (ITAEE), el cual ofrece un panorama sobre la evolución económica de cada entidad al corto plazo, en el primer trimestre del 2016 Quintana Roo registró un decremento en su índice del sector primario del 3.6% respecto al mismo trimestre del año anterior, posicionándolo en el lugar 28 a nivel nacional. Esto se debe en gran medida a que su población se encuentra en sectores urbanos y la pequeña población que habita en comunidades rurales recurre a la siembra sólo para consumo propio; a esto se añade que los pequeños productores, al no tener acceso al financiamiento hacen que el sector primario se mantenga estancado y no despunte ante la baja producción del sector. Tan sólo para los municipios de José María Morelos, Lázaro Cárdenas y Felipe C. Puerto, el sector primario constituye su principal fuente de ingresos, al no ser municipios turísticos (ver imagen 1.1).

Imagen 1.1 Vocaciones Productivas en Quintana Roo

El BM señala que el sector primario juega un papel fundamental en la reducción de la pobreza, ya que se calcula que tres de cada cuatro personas pobres en los países en desarrollo viven en zonas rurales; es así como las actividades del campo juegan un papel dual: en primera instancia, como una actividad económica y en segunda por ser una actividad de subsistencia, ya que al no contar con fuentes de empleo la población opta por generar sus propios alimentos.

La Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), en 2015 contabilizó una superficie sembrada de 139 mil 454.94 hectáreas; sin embargo, solamente se logró cosechar el 73% de la siembra. Esta cifra representó un incremento del 0.79% en comparación con el año 2014; hay que subrayar que en este periodo el valor de la producción se incrementó en un 10.4%. Los cultivos que obtuvieron mayor valor de producción fueron la caña de azúcar, piña, maíz de grano, elote, papaya y coco; estos seis productos concentraron el 71% del total del valor de producción estatal (ver gráfica 1.15).

Gráfica 1.15 Municipios con Mayor Actividad Agrícola

El municipio que genera mayores rendimientos es Othón P. Blanco, con un millón 046 mil 676.9 pesos, cosechando el 62.74% de toda la superficie sembrada. Uno de los muchos problemas por los que pasan los agricultores quintanarroenses, es el poco apoyo que se les brinda para asegurar sus siembras: de las 139 mil 454.94 hectáreas cultivadas únicamente el 54% se benefició del Programa de Agricultura Protegida, lo que expone al resto de los agricultores a la pérdida de sus inversiones ante desastres naturales que afecten al sector agropecuario.

Históricamente, la falta de inversión en la creación y ampliación de la infraestructura de comunicación carretera en las zonas rurales ha afectado la distribución de los productos; por más de veinte años sólo se han mejorado ciertas carreteras que conectan específicamente los polos turísticos; como consecuencia de esto, los productores se ven en la necesidad de incrementar los precios de los insumos cosechados, lo que hace aún más difícil colocarlos en el mercado local.

El estudio realizado por la Asociación Tierra Fértil señala que las comunidades rurales no productoras tienden a frenar su crecimiento como consecuencia de la importación de productos agrícolas, ya que al momento de llegar este tipo de insumos a sus comunidades, se estima que presentan un sobrecosto que rebasa el 80% de su precio inicial. Lo anterior es consecuencia de la dificultad que se tiene para ingresar a estas zonas, así como el aumento de los costos por parte de los productores como medida de recuperación de su inversión ante la pérdida de cosechas a consecuencia del cambio climático, lo que exhibe la falta de cobertura de riesgos. Lo referido se ha vuelto una práctica común en la entidad, y ha ocasionado el incremento de la pobreza alimentaria y los niveles de vulnerabilidad.

El limitado acceso de los productores a los servicios financieros y de ahorro ha aumentado la vulnerabilidad del sector agrícola, ya que no existe el capital que impulse la producción y el establecimiento de empresas. La oferta de microcréditos parece ser una de las maneras más eficientes de reactivar el sector agrícola de la entidad; sin embargo, la situación financiera que experimenta Quintana Roo como resultado del deficiente manejo de la deuda pública por anteriores administraciones, hace casi imposible la entrega de subsidios a agricultores. Por ese motivo, el gobierno deberá asumir la posición de gestor ante la banca comercial, con la finalidad de que los campesinos puedan acceder a microcréditos, con tasas de interés razonables al tamaño de la producción de sus tierras; de la misma manera, el gobierno tendrá que asumir la capacitación en la tecnificación de plantación de cultivos, lo cual en un mediano plazo permitirá que el campo de Quintana Roo sea más rentable.

La ganadería es una de las actividades del sector primario que tiene como principal función la cría, reproducción y domesticación de animales: vacas, cerdos, pollos, borregos y abejas, entre otros, con el objetivo de que sean aprovechados los productos que de ellos emanan, como la carne, la leche y el huevo, los cuales son una de las principales fuentes de alimentación para la población. En la actualidad, en México este subsector ha evolucionado, al pasar de ser una simple actividad para la subsistencia a una actividad económica de gran escala; en contraste, la ganadería en Quintana Roo sigue siendo una actividad para el autoconsumo, por lo que su producción es significativa frente a otras entidades federativas; en consecuencia, le ha sido casi imposible generar cadenas de valor que aporten al progreso de los quintanarroenses.

El Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera detectó en el año 2015 que en la entidad los principales tipos de ganado de crianza para el consumo se dividían entre el porcino, avícola y bovino; tan sólo estas tres especies concentran cerca del 95% del valor total de la producción, siendo el bovino el que aporta mayores ganancias al año, con un total de 270 mil 225 pesos, seguido del porcino, de 266 mil 905 pesos y el avícola, con 129 mil 093 pesos. De acuerdo al Directorio de Establecimientos del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria, el estado de Quintana Roo sólo tiene habilitados tres centros de sacrifico con certificación TIF (ver tabla 1.4).

Tabla 1.4 Actividad Ganadera

Los principales problemas de la industria ganadera en la entidad derivan de la escasez de agua y alimento, lo que ha provocado que los productores de las diferentes regiones vendan sus animales a precios bajos, por lo cual es necesario establecer mecanismos que contribuyan a resolver las complicaciones que las sequías provocan; como la instalación de hoyas de agua, en colaboración con los tres niveles de gobierno, con lo cual no sólo se beneficiaría al sector ganadero sino también al agrícola, garantizando la seguridad alimentaria de la población.

En Quintana Roo, la pesca se ha orientado a la captura de especies de alto valor comercial, como la langosta, el camarón y el caracol; sin embargo, la alta demanda de los productos del mar por parte del sector terciario a través del turismo ha hecho que su producción sea insuficiente en relación a su demanda y, debido a sus altos costos, los productores y pescadores dan prioridad a la captura de estos animales marinos por encima de las especies con escamas.

Por su parte, los cambios climáticos que provocan huracanes o ciclones han representado un detrimento para la pesca productiva en la entidad; al mismo tiempo, con la llegada de un mayor número de turistas la demanda por el consumo de estos productos se ha incrementado de manera considerable; es por ello que en los últimos años el número de organizaciones de pescadores privados han ido en aumento, con la finalidad de obtener una producción, pero estos esfuerzos han sido insuficientes y han obligado a los establecimientos restauranteros a importar los productos de otros estados.

A pesar de contar con los beneficios geográficos para desempeñar la actividad pesquera en el Golfo de México y el Mar Caribe, en 2015 el estado de Quintana Roo fue el que menor aportación tuvo al total de peso desembarcado de la región sur- sureste, con apenas el 1.32%, lo que representó la captura de 4 mil 268.96 toneladas, con un valor de producción estimado en 216 mil 553 pesos, siendo la langosta, el mero y el pargo las especies que aportaron el 68.13% del total de la producción del estado (ver gráfica 1.16).

Gráfica 1.16 Valor de Producción de la Actividad Pesquera

La pesca necesita formar empresas cooperativas para poder cumplir con la demanda del sector turismo; no obstante, la falta de equipamiento adecuado dificulta su crecimiento en el corto plazo.

El sector secundario concentra las actividades económicas enfocadas a la transformación de aquellos bienes y recursos que se extraen de la naturaleza a productos elaborados. La construcción y la industria son las que mayor participación tienen.

El sector secundario en Quintana Roo tiene una participación del 11.80% del PIB estatal. El comportamiento de estas actividades ha permitido generar empleos; en el segundo trimestre de 2016 la población ocupada en este sector fue de 75,218, equivalente al 15% del total de la población ocupaba, es decir, 11 puntos porcentuales más que el sector primario. La actividad generó una derrama económica de 33 mil 467 millones de pesos. El comportamiento del sector secundario ha sido inestable; desde 2005 tuvo un decremento de 750 millones de pesos, y fue hasta el año 2014 que logró una moderada recuperación, además de tener su peor caída en 2010, atribuible a la crisis mundial un año antes, tal y como lo muestra el Sistema de Cuentas Nacionales (ver gráfica 1.17)

Gráfica 1.17 Actividades Secundarias

A pesar de que aporta un porcentaje considerable al PIB estatal, la infraestructura de la industria es deficiente e insuficiente; en la entidad se encuentran tres parques industriales: Parque Industrial de Chetumal (Huay-Pix, Quintana Roo), Parque Industrial IBC (Chetumal, Quintana Roo) y Parque Industrial y Logístico de Puerto Morelos (Puerto Morelos, Quintana Roo). Adicionalmente, tiene 14 puertos y terminales portuarias y tres aeropuertos internacionales.

El Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal, el cual ofrece un panorama sobre la evolución económica de cada entidad al corto plazo, muestra que en el primer trimestre del 2016, en Quintana Roo se registró un incremento en su índice en el sector secundario, por 9.4% respecto al mismo trimestre del año anterior.

El sector de la construcción es el que cuenta con una mayor participación en Quintana Roo; en 2015 esta actividad reportó una contribución del 59%, arrojando ganancias por más de 19 mil 779 millones de pesos. En el mismo periodo, el estado se ubicó en el lugar 25 por su contribución al PIB nacional de la construcción, al ser de 1.51%. Esto significa que el sector está siendo impulsado fuertemente por las inversiones residenciales y hoteleras; así mismo la construcción de viviendas muestra un crecimiento considerable en los últimos años, sumar a lo anterior que en la actualidad se cuentan con proyectos detonadores relacionados con la industria de la construcción, que el corto plazo se podrán ver reflejados en el incremento de la infraestructura de servicios de alojamiento temporal y de preparación de alimentos y bebidas (ver gráfica 1.18).

Gráfica 1.18 Actividades Secundarias

En lo que respecta a la industria manufacturera, ésta tiene una participación del 28% en el sector secundario, con una derrama económica de 9 mil 374 millones de pesos; dicha industria es una de las actividades que menos aprovechamiento tiene en el estado, ya que representa apenas el 3.31% del PIB estatal. La principal actividad productiva de la entidad se concentra en el sector comercio, restaurantero y hotelero, cuya aportación al PIB es superior al 85%. La ventaja que este dato representa es que en este sector Quintana Roo logra una especialización relativa que le permite ser más competitivo en comparación con otros destinos turísticos; sin embargo, su gran desventaja es que depende considerablemente de un solo sector, lo que repercute en el nulo impulso del resto de las actividades económicas, impidiendo su diversificación y el encadenamiento productivo, provocando la volatilidad de la economía quintanarroense ante embates externos (ver tabla 1.5).

Tabla 1.5 Quintana Roo, principales sub-industrias

La actividad manufacturera del estado se integra en un 76% en la industria alimentaria. La mayoría de esta actividad se centraliza en los municipios de Benito Juárez y Othón P. Blanco. Los índices de concentración por municipio y por división industrial muestran especialización de estos municipios en las siguientes divisiones: productos alimenticios, bebidas y tabaco, industria de la madera y productos de madera, papel y productos de papel, imprentas y editoriales y productos de minerales no metálicos. Adicionalmente, el resto de los municipios muestran especialización en las divisiones industriales de productos alimenticios, bebidas y tabaco e industria de la madera y productos de madera, con excepción del municipio de Solidaridad en esta última división industrial. Por un lado, el sector agroalimentario en Quintana Roo se ha debilitado, aunque, no es así para el contexto nacional. De acuerdo a Proméxico, a nivel mundial nuestro país ocupó el octavo lugar en ventas del sector de alimentos procesados en 2013. En lo que respecta a la región, México es el tercer productor de alimentos procesados de América, así como en ventas por valor de mercado en América. En 2013, Guatemala y Venezuela ocuparon el tercer y cuarto lugar del mercado de los alimentos procesados mexicanos. Es por ello que la industria alimentaria es un sector clave para el desarrollo de Quintana Roo, aprovechando la ventaja geográfica para la comercialización con el mercado latinoamericano y estadounidense.

Quintana Roo posee un desarrollo prácticamente nulo de la industria del software y de las tecnologías de información, a pesar de su situación geográfica y el acceso a la red de fibra óptica.

La escasa y decreciente participación de la industria manufacturera hace imperioso que el estado implemente un plan estratégico para producir un cambio notable en la política industrial de Quintana Roo, puesto que, al existir un descenso en la dinámica de las actividades turísticas, la economía de la entidad sufriría una desaceleración, impactando de manera negativa en la calidad de vida de los habitantes.

Por otra parte, el sector energético, específicamente el de energías renovables (ER) avanza con rapidez, pues aporta el 1.07% del PIB del estado. Esto es clave, ante los altos niveles de contaminación que prevalecen en el mundo, así como los elevados precios de los combustibles fósiles para la producción de energía; lo que propicia áreas de oportunidad para promover e impulsar la producción de energías renovables, contribuyendo al desarrollo sustentable de la región, acción que marcará una pauta para los gobiernos locales y nacionales, coadyuvando de manera indirecta a la mejora de la salud de los habitantes. Al presente, el 95% de la energía eléctrica procede de las centrales eléctricas de Mérida y Valladolid, pero sólo el 0.1% proviene de fuentes renovables. Lo anterior es muestra del desaprovechamiento de las fortalezas territoriales de la entidad para la producción y comercialización de energías limpias, que en el mediano plazo pueden representar una actividad con una alta rentabilidad.

El 90% del territorio del estado de Quintana Roo se conforma por selva, de la cual es posible extraer maderas preciosas como el cedro y la caoba, teniendo como principal mercado de exportación el europeo, mientras que a nivel local la industria turística es la principal demandante de estas maderas catalogadas como preciosas. En la actualidad, el estado se enfrenta a grandes problemas como la sobre explotación y la tala clandestina e inmoderada de árboles, causando severas repercusiones a los micro climas y el medio ambiente. Por ello, la concientización y capacitación de las personas dedicadas a esta actividad debe ser una prioridad, a fin de controlar la deforestación e implementar proyectos de producción sustentable, que garanticen el respeto de normas nacionales e internacionales en materia medioambiental y con ello preservar la biomasa del territorio. Los municipios de Felipe Carrillo Puerto y Othón P. Blanco concentran el 99% de la producción de maderas preciosas (ver gráfica 1.19).

Gráfica 1.19 Producción Forestal Maderable

En la actualidad el impulso y la consolidación de la actividad artesanal es preponderante para el desarrollo social y comunitario de las poblaciones indígenas, al ser esta una actividad alternativa para la obtención de ingresos, cuya producción se encuentra fuertemente vinculada con el turismo, contribuyendo además, a la preservación de la cultura maya. La artesanía genera dos impactos fundamentales; en primer lugar, en la economía de las comunidades y familias que elaboran estos productos y en segundo, en la promoción y preservación de la identidad quintanarroense, no sólo dentro del país sino también en el extranjero, al utilizar elementos culturales y materiales propios de la entidad. En los 11 municipios del estado se encuentran artesanos que trabajan con diversos materiales marinos como conchas y caracoles, papel maché, fibras vegetales, madera, textiles, alfarería y cerámica; permitiendo fabricar una amplia variedad de productos que son comercializados principalmente en las zonas turísticas de la entidad.

Los pueblos indígenas juegan un papel muy importante en el desarrollo de las artesanías, debido a que son quienes conservan las tradiciones de la región. De acuerdo con datos del Sistema de Indicadores sobre la Población Indígena de México de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, en 2010 el total de la población indígena en el estado de Quintana Roo era de 404 mil 292 personas, es decir, el 30% de la población.

En el Sector Terciario de una economía no se producen bienes, sino que se ofertan servicios; los productos que se obtienen del sector primario y secundario en éste se reciben para su venta. El sector incluye las comunicaciones y los transportes. El comercio es la actividad donde se intercambia, se vende o se compran productos. Esta actividad es la de mayor número de establecimientos en México. De acuerdo al Censo Económico 2014 el comercio contaba con dos millones 042 mil 641 establecimientos, lo que representa un aumento del 10% comparado con el año 2008. Los servicios son actividades que proporcionan bienestar a las personas, son bienes intangibles que incluyen atención, asesoramiento y experiencia, entre otros. Este sector ha crecido 20% en cinco años, con un millón 613 mil 362 unidades económicas.

El transporte es fundamental para el traslado de personas y mercancías de un lugar a otro, y se halla ampliamente ligado al comercio; por lo tanto, es fundamental su desarrollo para la economía nacional. Según datos de INEGI 2014, el país tiene 17 mil 989 unidades económicas.

En el estado de Quintana Roo el sector terciario representa el 87.48% de la aportación al PIB estatal, esto se debe al sector turismo que ha provocado que la aportación del PIB se concentre en el servicio de alojamiento temporal y de preparación de alimentos y bebidas, con 21.53% en aportación al estado. En conjunto con servicios inmobiliarios y de alquiler de bienes muebles e intangibles y comercio, concentra más del 50% del PIB (ver gráfica 1.20).

Gráfica 1.20 Sector Terciario

De acuerdo al Barómetro de la Organización Mundial del Turismo, el país se posicionó en el noveno lugar por la llegada de turistas internacionales en 2015, al recibir 32.1 millones de turistas, cifra que detona todo el sector terciario. El ITAEE muestra que Quintana Roo tuvo, una variación porcentual anual del primer trimestre del 2016 en cifras desestacionalizadas iguales a su trimestre anterior, y mostró un crecimiento del 3.1% respecto al mismo trimestre de 2015, con una proyección positiva en el cierre del año en el sector de los servicios.

Los servicios de alimentos, alojamiento, transporte y comercio son actividades fundamentales para el turismo en el estado, el cual representa la principal actividad generadora de empleos, siendo importante mencionar que sin su impulso y crecimiento, Quintana Roo tendría una situación económica adversa, debido a que se ha dado primacía al sector de servicios por encima de las actividades primarias y secundarias, mismas que no cuentan con elementos claves para propiciar un equilibrio en el mercado, al contar con la capacidad de equiparar los ingresos que emanan del sector terciario.

En la economía mundial el turismo es una de las actividades con mayor crecimiento acelerado, por lo tanto, planear el desarrollo turístico propicia el crecimiento de una región, directa o indirectamente; no obstante, el problema de la dependencia del turismo es que si ocurriese una catástrofe financiera o medioambiental toda la región se vería afectada.