Mirar hacia atrás a veces puede ser muy doloroso. Sobre todo cuando son injusticias lo que el paso del tiempo ha dejado. Y sin embargo es necesario hablar de estos males por los cuales se ha atravesado, para poder corregir el rumbo, y para no condenarlo al olvido, que sólo trae como amenaza su repetición.
Quintana Roo y su sociedad ha sufrido en el pasado inmediato muchos agravios que le han lastimado en lo más profundo. El Gobernador Carlos Joaquín ha sido muy honesto al no cerrar los ojos y reconocer que en el estado se vivieron “terribles momentos de inconstitucionalidad, corrupción y autoritarismo”.
Eran tiempos en los cuales miles de personas eran víctimas de la opresión, del capricho de unos pocos, del enriquecimiento de unos privilegiados. Nuestros diputados, los cuidadores de los intereses de las mayorías, se encerraron en cuartos de lujosos hoteles para avalar los caprichos del poder de turno y modificar a su antojo, de espaldas al pueblo, la Constitución del Estado.
En este tiempo de oscuridad para Quintana Roo la justicia se hizo pequeña. Se arrodillaba y se escondía pagando y recibiendo favores con la indiferencia total ante cualquier tipo de impunidad.
Estos agravios que recibieron los quintanarroenses no se deben olvidar. Deben ser la guía que norme la corrección del rumbo que esta sociedad ha elegido para los próximos seis años. El Gobernador Carlos Joaquín tiene como premisa irrenunciable los valores de transparencia y rendición de cuentas.
Bajo estos ejes trabaja para cerrar las brechas de las desigualdades que tiene nuestro estado, con más participación, con más libertad, con más inclusión social y sobre todo con solidaridad para tener más y mejores oportunidades para todos.
El Gobernador se reunió con 24 delegados federales, 9 directores de dependencias federales, los 11 presidentes municipales y funcionarios de los tres órdenes de gobierno.
Chetumal, Quintana Roo