Se vive mejor, si se ve y escucha mejor

Gafas

Muy pocas veces nos detenemos a pensar cómo es que una, al parecer pequeña, acción, puede tener tantas implicaciones en la vida de la persona, y claro está de su entorno familiar. Esto ocurre con la salud. Y en concreto con la salud visual y auditiva.

Por ejemplo, un niño que acude a la escuela es reportado por sus maestros como de “bajo rendimiento”, parece que no comprende las lecciones que le dan. Incluso se aburre o se desespera. Es tomado como indisciplinado, en el peor de los casos, y en el mejor de ellos se cree que lo que le falta es motivación. Lo cierto es que ni sus padres, ni muchos menos sus maestros, se han dado cuenta que el problema no es ni disciplina ni apatía. Lo que le ocurre es que tiene problemas con la vista. No alcanza a distinguir las letras en el pizarrón, se cansa cada que hace su tarea, y todo esto le ocasiona incluso baja autoestima, porque ya lo etiquetaron como mal alumno.

Ahora pensemos en una mujer que sin ser mayor, tiene problemas de audición. Lo sabe, pero no puede hacer algo, porque resulta muy costoso, para ella y su familia adquirir un aparato auditivo. Como está su situación económica no puede poner en riesgo el gasto familiar. Para ella lo primero es la alimentación de sus hijos y por ahora –y seguramente durante mucho tiempo- no habrá manera de atenderse, y tendrá que sortear esta mala calidad de vida.

De esta manera el gobernador Carlos Joaquín ocupado en que los quintanarroenses tengan más y mejores oportunidades de bienestar, entregó 350 auxiliares auditivos para 184 personas y 249 pares de lentes de armazón para habitantes de Othón P. Blanco, Bacalar, Puerto Morelos, Isla Mujeres, Lázaro Cárdenas y Solidaridad y Tulum.

Chetumal, Quintana Roo