A la corrupción se le previene, se le combate, se trabaja constantemente para evitar su florecimiento, pero de ninguna manera se le puede celebrar, o dejar que se instale de manera estructural en una sociedad.
Lamentablemente los últimos gobiernos en Quintana Roo hicieron una apología de la corrupción, en donde incumplir la ley, abusar del poder, y pasar por encima de los intereses de las mayorías para beneficio de unas minorías privilegiadas, se convirtió en una constante, que afortunadamente hoy día se trabaja para erradicar.
El gobernador Carlos Joaquín, al participar en el Foro Empresarial Anticorrupción, organizado por la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX), delegación Cancún, señaló que en nuestro estado podemos hacer un tratado y una enciclopedia de los hechos de corrupción que se dieron en los últimos años; con estos volúmenes escritos se llenarían varios libreros.
Claro, que de esto la gente se cansó, buscó alternativas para que no se siguiera sistemáticamente abusando del poder, y sobre todo para que se erradicaran los privilegios de este grupo que hizo cuanto pudo para saquear las arcas de un Estado trabajador y noble como lo es Quintana Roo.
Para que la transparencia y la rendición de cuentas sea una constante y no la excepción es necesario que en la sociedad y en la administración pública, se creen condiciones que impidan el florecimiento de la corrupción; trabajar para impulsar niveles de equidad e igualdad.
Además de fomentar una educación que inhiba, desde sus orígenes, el abuso del poder; esto permitirá corregir el rumbo de Quintana Roo para que la gente viva mejor, con más y mejores oportunidades para todos.
Chetumal, Quintana Roo